Quiero que me la arreglen
Cuando compré mi licuadora,en el año 2003, tuve que soportar muchos comentarios de este tipo: “La vas a usar dos días y luego la pondrás a criar polvo en una estantería”.Entonces no lo sabía, pero me he dado cuenta de que las licuadoras suelen soportar este estigma. Son consideradas electrodomésticos superfluos, objetos caprichosos.Quizá espoleado por ello, o quizá porque soy hombre de licuadora, la he usado con relativa periodicidad durante todos estos años. Y mi licuadora ha funcionado bien. Ha respondido de una forma inusual para ser un electrodoméstico moderno. Cuando yo era un chaval los electrodomésticos y los objetos en general, fueran caprichosos o no, solían llevarse a reparar cuando se estropeaban. Progresivamente,fueron sustituidos por una nueva generación de objetos, esta vez
Pero es que esta vez quiero que me la arreglen.
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